EL NAZISMO O LA RAMA NACIONALISTA DEL SOCIALISMO


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Escrito por Javier Giral Palasí. 

El   discípulo   aventajado  de  Mussolini  fue  Hitler,  de hecho   Hitler   admiraba   a   Mussolini,    el  cual   había alcanzado el poder en Italia una década antes. Hitler por su  parte   hará  su   propia  escenificación  del Nacional Socialismo  de Mussolini de forma  aún más  exagerada,  y siempre  en  la distorsión que hacen del marxismo los  nacional-socialistas  hasta hacerlo casi irreconocible para los ojos llenos de la propaganda de la izquierda. Hitler le añadirá al nacional-socialismo un fuerte componente racista y antisemita al sustituir el elemento del genocidio marxista de los enemigos de clase practicado por Lenin y Stalin, por el del genocidio de los inferiores racialmente o considerados parásitos de la raza aria (sin olvidar a los enemigos políticos), para construir al «nuevo hombre» y el nuevo paraíso que el nacional-socialismo prometía desde su nueva religión que nada tenía que envidiar al estalinismo.

  El   partido   de   Hitler   se   llamaba   Partido  Nacional Socialista de los Obreros Alemanes,  el NSDAP en alemán,  cuyas siglas traducidas al español son PNSOA, pero si por un momento volamos   la    imaginación   y   pensamos   que  el   austriaco Adolf Hitler hubiera fundado su partido en España, entonces su nombre hubiera sido el de Partido Nacional Socialista de los Obreros Españoles, en vez de alemanes, y sus siglas quedarían así: PNSOE. ¿Les recuerda esto a otro partido socialista español?

  Hay un pequeño artículo en el New York Times que recoge unas declaraciones de Joseph Goebbels en 1925, ocho años antes de que Hitler llegase al poder, cuando el partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes era un partido naciente y creciente, y que daba sus discursos en reuniones dentro de cervecerías. Dice el texto, recogiendo las palabras de Goebbels:

“On the speaker’s assertion that Lenin was the greatest man, second only to Hitler, and that the difference between communism and the Hitler faith was very slight“

  Es decir, que en el artículo Goebbels, futuro ministro de propaganda de Hitler y su hombre de confianza, consideraba que Lenin y Hitler podían ser comparables y que Lenin era el hombre más destacado después de Hitler, y que la diferencia entre el comunismo y las ideas de Hitler era muy pequeña.

  Como vemos estamos ante uno de los mayores éxitos de la manipulación y de la propaganda de la izquierda, el haber inculcado la idea de que el nacional socialismo es la extrema derecha, cuando en realidad se trataría en todo caso de la «extrema izquierda nacionalista», pero en disputa a muerte por hacerse con el poder en competencia directa con la izquierda marxista, que a su vez odiaba al nacional socialismo cuando en realidad no era más que una herejía y una escisión de su propia ideología. Ambos son socialismos radicales y ambos crecen con fuerza en periodos de crisis social y del capitalismo.

  Al igual que la mayoría tras repetir continuamente la palabra NAZI, por creación despectiva de la izquierda pues Hitler siempre habla en sus discursos del partido o el movimiento nacional-socialista, han olvidado el nombre completo de este partido, tampoco parece que tras la esvástica hayan visto la bandera roja.

  La esvástica es recogida como símbolo de la superioridad de la raza aria de los pueblos germánicos (nacionalismo), pero detrás hay una bandera roja, y el rojo en la simbología socialista es utilizado como metáfora de la sangre obrera derramada tras incontables luchas obreras.

  Descubrí hace años por casualidad como Hitler en sus discursos y concentraciones también levantaba y cerraba el puño como cualquier socialista para arengar a sus partidarios. Si se fijan en las imágenes de 1933 que recogen por ejemplo un vídeo de la serie histórica «Apocalipsis Segunda Guerra Mundial-La Agresión» de National Geographic, podrán comprobarlo.

  El  espíritu  anti  capitalista  de  los  socialistas se puede encontrar también y en línea lógica  en  los  programas políticos de los partidos nacional-socialistas. Así que veamos algunos puntos del programa político del partido de Hitler,   en los que se puede observar su absoluta adscripción a la ideología socialista:

7. Demandamos que el Estado se comprometa a interesarse en primer lugar por las posibilidades de trabajo y de vida de sus ciudadanos. Si no es posible alimentar al conjunto de la población, conviene expulsar del Reich a los sujetos pertenecientes a otras naciones (los no ciudadanos).

13. Exigimos la estatalización de todas las empresas que han existido hasta el presente bajo la forma de Sociedades (Trusts).

14. Exigimos la participación [de los asalariados] en los beneficios de las grandes empresas.

16. Exigimos la creación y protección de una sana clase media. La transferencia a las comunas de todos los grandes almacenes y el alquiler a precios bajos de sus locales a pequeños industriales, la rigurosa atención de todos los pequeños industriales por la provisión por parte del Estado, de los Länder [estados o provincias] o de las comunas.

17. Exigimos una reforma agraria adaptada a nuestras necesidades nacionales, la promulgación de una ley que sustente la expropiación sin contrapartida de los bienes raíces en provecho de empresas de utilidad pública. La abolición de la renta territorial y la prohibición de toda especulación con bienes raíces.

20. Con el objeto de permitir a todos los alemanes capaces y diligentes alcanzar un nivel de formación superior y acceder a puestos de responsabilidad, corresponde al Estado emprender el desarrollo sistemático del conjunto de la educación del pueblo. Los programas de estudio de todos los establecimientos escolares deben adaptarse a las necesidades de la vida práctica. Siempre que las propias facultades lo permitan, la escuela debe alcanzar de los jóvenes que comprendan el sentido del civismo (instrucción cívica).

Exigimos la formación, a expensas del Estado, de los niños dotados intelectualmente de forma particular, pero nacidos de familias pobres, sin distinción de su pertenencia social o profesional.

21. Corresponde al Estado mejorar la sanidad pública protegiendo a la madre y al niño, y prohibiendo el trabajo de los jóvenes, poniendo en acto todos los medios conducentes a promover la educación física, por la prescripción legal de la participación obligatoria en la práctica de la gimnasia y los deportes, y por el sostenimiento generoso de todas las asociaciones que se consagran a la formación física de la juventud.

25. Para realizar todas estas reivindicaciones, exigimos para el Reich la instauración de un poder central fuerte; autoridad incondicional del Parlamento político central sobre el conjunto del Reich y, de forma general, sobre sus organismos, así como la creación de cámaras corporativas y profesionales encargadas de ejecutar en los diferentes estados federales las leyes básicas decretadas por el Reich.

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